¿RECUERDAN LAS DIEZ PLAGAS?…

(HABLA DIOS PADRE)

Pequeña muy Mía: Esto te lo fui dando muy poco a poco. Primero como una idea, después como intuición, ya después fuiste «viendo» al comprobar como esa «idea» se reflejaba en la Realidad que veías. Las plagas que tuve que enviar para liberar a Mi Pueblo Amado de la tiranía y la esclavitud de Egipto. ¿Recuerdan las 10 plagas? (*) Y cómo un Ángel les guió  a través de Mis profetas y elegidos para que protegieran sus casas con señales de ser Hijos de Dios (**), pues similar circunstancia vivís ahora (os lo digo por los que no habéis caído en cuenta de ello). 

Igual circunstancia vivís, ahora que a quienes libero son al pueblo de Mi Hijo Amado. Por os lo Decimos: Estad protegidos, no dejéis a un lado los sacramentales y las Bendiciones porque son las señales externas de que sois nuestros, ¿lo podéis entender?

Repasad ese gran trágico y heroico episodio de la Historia con Mi Pueblo porque lo mismo estáis viviendo. Ved a vuestro entorno y derredor y podréis comprobar que las plagas ya están entre ustedes.

Aquellos -Mis Niños, Mis Pequeños- que después de tantas advertencias y admoniciones (***) no han creído y no se han colocado en resguardo no tendrán protección alguna. Vosotros no seáis tercos, no os afrontéis a Mi Santa Ira, protegeos como se os ha indicado. Consagraos a María Santísima y A Mi Amadísimo Hijo Jesucristo Rey de reyes y Señor de señores para que no padezcáis.

(HABLA NUESTRA SANTÍSIMA MADRE)

Pequeños Míos, escuchad: No hay arma como el Santo Rosario oradlo en familia dentro de vuestros hogares y estos quedarán protegidos con Mi Propio Manto contra todo desastre y calamidad. No importará la magnitud del cataclismo: vuestro hogar estará seguro y se mantendrán en pie si está cubierto por Mi Maternal Cuidado. Creed que así es, así ha sido y así será.

Recuérdales, Pequeñita, lo que ocurrió en el monasterio en medio del horror de las bombas atómicas (****). No será menos la protección a vuestros familiares y hogares, pero no dejéis de lado las amorosas palabras de Vuestro Padre que os dice que el tiempo ha llegado y os indica puntualmente lo qué habréis de hacer.

(HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO)

Mis Hijitos, Mis Pequeños; Estad día a día en la oración y ahora en la acción de ir siendo cada instante más Mis Evangelios Vivos. La vida personal ha quedado atrás y la nostalgia os invadirá, pero, Pequeños, existe El Cielo y en él tendréis centuplicado lo que habéis dejado en el mundo. Convertid la nostalgia en esperanza que será el cumplimiento de las promesas a cada hombre justo, a cada mujer que haya renunciado al mundo por seguirme fielmente.

(HABLA UN ÁNGEL DE DIOS)

Es, Pequeños, muy terrible lo que se os viene y se os anuncia. Así que haced caso del Cielo y estaréis a salvo, no hagáis caso  y tendréis que combatir contra las huestes de Satanás con vuestras propias fuerzas humanas. ¿Lo haréis al modo del Cielo o al vuestro? Poneos en manos de Dios, consagraos a vosotros mismos y a vuestras Familias, manteneos en el bien y no deis paso apresurado ni os aventuréis a pecar.

 (*) Las 10 plagas:

I – Sangre (Éxodo 7:14-25)

II – Ranas (Éxodo 7:25,8:1-15)

III – Mosquitos (Éxodo 8:16-19)

IV – Tábanos (Éxodo 8:20-32)

V – Pestilencia

VI – Úlceras y sarpullido incurable (Éxodo 9:8-12)

VII – Granizo de fuego y hielo

VIII – Langostas

IX – Oscuridad (Éxodo 10:21-29)

X – Muerte de los primogénitos

(**) «Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.» (Éxodo 12:13) (La sangre del Codero Sacrificado, que para nosotros hoy es La Consagración a la Preciosa Sangre de Jesucristo -incluida al final de este texto). 

(***) admonición. (Del lat. admonitĭo, -ōnis). 1. f. amonestación (‖ acción y efecto de amonestar). 

(****) El milagro de Hiroshima. EL poder del Rosario. Testimonio Real. del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima.

 Milagro del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki. En Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas en un radio de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera fueron quemados. En medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aprox. 1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros alemanes sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados de los japoneses, les habían permitido quedarse. 

La iglesia junto a la casa de los jesuitas quedó destruida, pero su residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad jesuita sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oído, ni ninguna otra enfermedad o efecto. El Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad Jesuita estaban todavía vivos.

El Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían sobrevivido. El lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: «Yo estaba en medio de la explosión atómica… y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción.» 

Además, el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de expertos e investigadores estudiaron las razones científicas del porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. El explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente: «Rezábamos el rosario diariamente en esa casa

En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente el santo rosario.

CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO

 

Consciente de mi nada y de Tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a Tus pies, y Te agradezco por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura. 
Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa, del poder destructor de Satanás. 
En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono, y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, oh queridísimo Jesús, a Tu Preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno. 
Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos. 
De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación. 
¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados! 
He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre. Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden. 
¡Oh Divino Salvador! Rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén

 

HDDH

(Mayo 26)

Año del Señor 2013

Y María del Getsemaní

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