LOS VERDES PRADOS QUE SON MI INMACULADO CORAZÓN

borregos-en-las-praderas

DÉCIMA CARTA

Mis Niños, Mis Críos, Mis Pequeños:

Quien Vive en casa del Padre no lo ha de visitar rigurosamente o quien está al servicio de Mi Amado Hijo, como lo fueron sus Santos Apóstoles, no se lavan más que los pies y las manos; quienes sucios están se han de lavar todos. Vosotros que ya no lo estáis con lavaros los pies os podréis sentar a la mesa.

El Camino hacia el Sacratísimo Corazón de Mi Hijo Amado es estrecho y ya lo sabéis, pero una vez que estáis en Él: ahí os podéis explayar y regocijar, ¿lo comprendéis? Porque estáis en Él y si no os salís estáis gozosos, estáis seguros, estáis resguardados, estáis protegidos: ESTÁIS EN CASA, EN VUESTRO ETERNO HOGAR.

Y son pocos, muy pocos, los que llegan; son aquellos que en su Corazón aman Verdaderamente ser Evangelio Vivo y renuncian a toda pompa, reconocimiento y poderío del mundo; pero una vez que estáis allí, que habéis recorrido el andar necesario, os sentís libres.

Ya no estáis constreñidos* por tantas normas y horarios, sino que ya estáis en los verdes prados que os promete el Salmo 23. Pero no podréis ensanchar el Camino hasta que os encontréis ahí, ¿lo comprendéis?

El andar es cada vez más angosto hasta que llegáis, pero cuando estáis ahí, donde debéis llegar entonces vuestro horizonte se ensancha nuevamente y ya no sois visitantes sino residentes, ¿lo comprendéis?

Hay un aspecto del llegar que quiero que os quede muy claro, cuando vuestra fe, vuestra esperanza, vuestra lealtad a la Casa Paterna ha sido formada en el cáliz amargo del Getsemaní y habéis preferido este cáliz en Compañía de Mi Hijo Amado que no las “mieles dulces del mundo” y una y otra vez habéis rechazado al mundo por amar más a Mi Hijo Amado que a vuestro propio placer es cuando llegáis a los pastos verdes y a las aguas cristalinas, pero ANTES NO.

Si seguís dudando y luchando entonces sois visitantes a la casa Paterna, pero si os mudáis y vivís ahí entonces ya sois Familia y residís en el Hogar Ancestral.

Os Amo,

Vuestro Amantísimo Padre, Dios.

* constreñir: Oprimir, reducir, limitar. 

 Salmo 23

El Señor es mi pastor

nada me faltará 

En lugares de delicados pastos

me  hará descansar,

junto a aguas de reposo 

me pastoreará. 

Confortará mi alma.

Me guiará por sendas 

de justicia por amor de su nombre. 

Aunque ande en valle de sombra de muerte, 

no temeré mal alguno, porque Tu estarás conmigo, 

tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 

Aderezas mesa delante de mí 

en presencia de mis  angustiadores,

unges mi cabeza con aceite,

mi copa  está rebosando. 

Ciertamente, el bien y la misericordia

 me seguirán todos  los días de mi vida,

y en la casa del Señor

 moraré por largos días.

(Marzo, 09)

CARTAS, MEMOS Y RECORDATORIOS DEL CIELO PARA TODOS SUS HIJOS

Cristo Redentor 28Año de El Señor 2014

Y María Del Getsemaní

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.