VIII. TODO SE PUEDE POSPONER MENOS VUESTRA SALVACIÓN Y LA DE VUESTROS HERMANOS

(HABLA DIOS PADRE JUNTO CON LA CORTE CELESTIAL)

Cariño y criatura,

¿Mi Señor, Padre, María Santísima?

Os he pedido lo necesario para que os logréis mantener listos y dispuestos para vuestro Señor en este Fin de Los Tiempos, pero muchos no lo han creído.

Son muchos los que se burlan de los mensajes y no los creen, ¿qué son indolentes, que no podéis distinguir en vuestras almas y corazones cuando os hablo y distinguirlo de cuando es el mundo quien os habla? ¿Hasta esa capacidad habéis perdido? Es como no distinguir la voz de vuestro propio Padre terrenal cuando os habla. ¿Habéis olvidado su voz, o la voz de vuestra madre, Pequeñitos?

Es muy triste este final y son pocos, muy pocos, los que os consagráis y los que os congregáis en torno a Mis casas e iglesias, y aún menos los que os entregáis de corazón y con entusiasmo. No es posible que sigáis así, ya todo se desencadena con rapidez y vosotros seguís jugando…

Todo a vuestro entorno y derredor son cataclismos, pobreza, desplazados por millones, gentes sin casa ni donde reposar, guerras y rumores de guerras, gente herida, personas mutiladas y vosotros seguís apretando los ojos para no ver, apretando los puños no para amar, sino para retener lo propio y no compartir. ¿Qué os pasa, Pequeños? ¿De verdad creéis que la Gran Tribulación no llegará a vosotros y sí a vuestros hermanos? ¿Acaso apostáis vuestra vida y salvación que vuestra Nación es tan santa, por encima de las demás, que la purificación no llegará hasta alcanzarla? ¿Creéis, acaso, que vuestra familia es mucho mejor que las familias que os rodean y que la vuestra merece ser excepción? Como veis, Mis Pequeños, no hay cataclismo que os pueda llegar si estáis en el rezo del Santo Rosario como ya se os demostró, ¿podéis imaginaros peor situación y salir ilesos?(*) Si aun con este Milagro grandísimo no creéis, ¿qué futuro os estáis labrando, Mis Niños?, ¿qué destino postrer estáis escogiendo para vosotros y para los vuestros?

Este es el final decretado por el Padre, el juicio a las Naciones se acerca y vosotros os seguís creyendo excepción. ¿Qué no veis lo que ya está a vuestro alrededor? ¿Cómo la tierra se abre, aun bajo vuestros pies (**) y no  hay lugar seguro alguno, más que los Sacratísimos Corazones de Jesús y de María Santísima?

¿Qué esperáis para mudar ¡ya!, Para orar ¡ya!, Para convertiros ¡ya!, para confesaros ¡ya!, ¿qué más  esperáis…?

Todas las señales en la tierra y en los cielos están ahí y vosotros seguís entretenidos con vuestra tecnología y jugando a que no pasa nada. Sí pasa, y ya no hay cómo detenerlo ni como taparlo.

Así que, Mis Niños, leed lo que se os recomienda, haced lo que se os comanda para vuestra salvación y hacedlo ¡ya!, que ni uno solo de vosotros sabe ni el día ni la hora en que os llamaré a cuentas y si ahora leéis esto, cancelad lo que sea necesario y haceros espacio para confesaros y regresar a Mi Santa Gracia. No esperéis ni al domingo que viene, sino hoy.

Debéis ocuparos de vuestra salvación como si ya fuerais moribundos, porque ¿no todos los son?, ¿no podéis morir en un instante cualquiera y entonces cómo estará vuestra alma delante de Mí?

Os lo repito: Entonces ya no podréis regresar al mundo a hacer lo que os faltó. Por eso os lo digo ¡hacedlo ya!

Y habréis de saber que las almas que llegan sin preparación no es el trabajo, ni los pagos, ni los viajes lo que les preocupa; sino que habiendo tenido tantas oportunidades, como segundos tiene su vida, de poneros en Gracia desperdiciaron millones de segundos unos tras otros, ignorando los llamados que les hacíamos con urgencia y por una hora, por unos escasos minutos estáis decidiendo vuestra eternidad. La eternidad no muda, una vez que hayáis dejado el traje, ya no hay la manera de regresar para acabar lo que dejasteis inconcluso.

Os bastaría -y rogaríais hasta sangrar rodillas, hasta quedaros sin voz y sin lágrimas- por un día más en tierra para poderos poner en Mi Gracia. Bueno, Mis Pequeños, os estoy concediendo eso que Me pediréis como nunca Me pedisteis algo. Sí, os doy ese día que es hoy para poneros en Mi Gracia. Esa gracia la tenéis: pero es hoy, os la otorgo, os la regalo, os la doy y os pregunto ¿Qué haréis con ella?

Os adelanto este regalo que Sé que me pediréis y -por estar en el fin de los tiempos y rodeados de tal maldad y sabiendo lo que me pediréis con una insistencia que no se compara con nada- os lo repito- de lo que Me habéis pedido a lo largo de vuestra vida- os lo otorgo, pero es HOY. Hacedlo que no despreciéis este regalo de vuestro Padre que Me lo agradeceréis por toda la eternidad. Haced caso, Mis niños y hacedlo hoy.

Si vosotros tenéis algún amigo o familiar a quien podáis ayudar a entrar en Gracia, llevadlo hoy. Todo se puede posponer menos vuestra salvación y la de vuestros hermanos, ¿lo tenéis claro?.

El Maligno os llenará de distracciones, preocupaciones y ocupaciones inútiles para que no lleguéis. Este truco de haceros posponer vuestra salvación tiene a millones de almas aprisionadas, y con un dolor enorme porque no quisieron ir cuando oportunidad tuvieron. Así que como no os quiero ver allá también, os insto, os insisto, os llamo a que lo hagáis ahora.

No creáis que simplemente por querer lo lograreis. El Maligno os colocará obstáculos en vuestro camino, en vuestro corazón, en vuestro entorno y en vuestra mente, hasta en vuestra salud; pero os ayudareMos a sortearlos, pero si no contamos con vuestra intención santa de hacerlo, ni con vuestra fe de querer ir y con vuestra confianza, ¿cómo, Mis Niños?

Muchos dejaron la Consagración hasta el final (cuando se os recordó desde el primer mes de este año del Señor) ¿ya la habéis hecho, vosotros que leéis complacidos porque estáis Bien con vuestro Señor?

Siempre hay un paso más adelante que habréis de dar y debéis preguntaros firmemente cimentados en vuestro presente ¿a dónde será el siguiente?, para que no deis pasos a tontas y a locas, sino firmes y con sentido. ¿Lo  entendéis?

Difundid esta guía para Mis Pequeños. Difundidla, no seáis egoístas. Dadla generosamente como del cielo se os da. ¿Lo tenéis claro, Mis Pequeños?

Os Habló Vuestro Padre Dios Junto con la Corte Celestial

+Amen, Mis Pequeños

Amen , Abby

(*) El milagro de Hiroshima. EL poder del Rosario. Testimonio Real. del Padre Schiffer S.J., sobreviviente de Hiroshima. Para ver vídeo:

El Milagro de Hirosima     

 Milagro del Rosario en Hiroshima: del 6 de agosto de 1945
Durante la Segunda Guerra Mundial dos ciudades japonesas fueron destruidas por bombas atómicas: Hiroshima y Nagasaki. En Nagasaki, como resultado de la explosión, todas las casas en un radio de aprox. 2.5 Km del epicentro fueron destruidas. Quienes estaban dentro quedaron enterrados en las ruinas. Los que estaban fuera fueron quemados. En medio de aquella tragedia, una pequeña comunidad de Padres Jesuitas vivía junto a la iglesia parroquial, a solamente ocho cuadras (aprox. 1Km) del epicentro del epicentro de la bomba. Eran misioneros alemanes sirviendo al pueblo japonés. Como los alemanes eran aliados de los japoneses, les habían permitido quedarse. 

La iglesia junto a la casa de los jesuitas quedó destruida, pero su residencia quedó en pié y los miembros de la pequeña comunidad jesuita sobrevivieron. No tuvieron efectos posteriores por la radiación, ni pérdida del oído, ni ninguna otra enfermedad o efecto. El Padre Hubert Schiffer fue uno de los jesuitas en Hiroshima. Tenía 30 años cuando explotó la bomba atómica en esa ciudad y vivió otros 33 años mas de buena salud. El narró sus experiencias en Hiroshima durante el Congreso Eucarístico que se llevó a cabo en Filadelfia (EU) en 1976. En ese entonces, los ocho miembros de la comunidad Jesuita estaban todavía vivos.

El Padre Schiffer fue examinado e interrogado por más de 200 científicos que fueron incapaces de explicar como él y sus compañeros habían sobrevivido. El lo atribuyó a la protección de la Virgen María y dijo: “Yo estaba en medio de la explosión atómica… y estoy aquí todavía, vivo y a salvo. No fui derribado por su destrucción.” 

Además, el Padre Shiffer mantuvo que durante varios años, cientos de expertos e investigadores estudiaron las razones científicas del porqué la casa, tan cerca de la explosión atómica, no fue afectada. El explicó que en esa casa hubo una sola cosa diferente: “Rezábamos el rosario diariamente en esa casa

En la otra ciudad devastada por la bomba atómica, Nagasaki, San Maximiliano Kolbe había establecido un convento franciscano que también quedó intacto, los hermanos protegidos gracias a la protección de la Virgen. Allí ellos también rezaban diariamente el santo rosario.

(**)Sumideros, pozo negro. Una depresión natural en una superficie de tierra que comunica con una galería subterránea, que se produce generalmente en regiones de piedra caliza y formada por disolusión o por colapso de un techo de la caverna. Para darse una idea, ver:  Around the World in 30 Sinkholes     

HDDH

Septiembre 13

Año del Señor 2013

Y María del Getsemaní

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