HABÉIS DE QUEDAR EN PAZ CON VUESTRO PASADO

 (HABLA UN ÁNGEL DEL SEÑOR)

¿Escribo?

Escribe, Criatura del Cielo.

Te hemos llevado de un sitio a otro y no es por otro motivo, Pequeñita, que para que sigas buscando la soledad que tanto requieres para tu labor; además, Niña Nuestra, que cuando a los que trabajan por El Cielo los mudamos es porque al sitio a donde vayáis habréis de Bendecirlo grandemente en el Santo  Nombre del Padre, del Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

Es necesario que Bendigáis no sólo a vuestros seres amados, sino a vuestras casas y ciudades, vecinos y enemigos.

Habréis de quedar en paz con vuestro pasado todo, esto es Mis Niños, Mis Pequeños, Bendiciendo a vuestros detractores (*) y enemistades y debéis hacerlo comprendiendo que vosotros tampoco fuisteis perfectos al estar en las vidas de las personas que ahora decís odiar. No os podéis permitir el odio bajo ninguna circunstancia, evento o condición. No os podéis permitir la falta de perdón bajo ninguna circunstancia.

(Me viene al pensamiento la imagen de cuando el Santo Padre Juan   Pablo II fue a perdonar al hombre que lo hirió con la bala).

(HABLA NUESTRA SANTÍSIMA MADRE)

Vosotros visteis como Mi Hijo Amado sufrió por ese atentado y acaso aún siendo Papa no  fue en humildad a la prisión a buscar a su ofensor para perdonarlo ¿Acaso vosotros os sentís más grandes que Mi santo Papa? ¿No iréis a donde haya que ir a perdonar y a pedir ser perdonados? Debéis dejar el pasado, que es el peso del mundo, detrás, Mis Niños, porque ¿cómo podréis seguir a Mi Santísimo Hijo si estáis andando hacia delante pero volteando hacia atrás? Os Digo, Niños Míos, si camináis así os tropezaréis. Debéis tener la mirada al frente y bien cimentada en el presente para ver paso a paso a donde pisáis y a donde os dirigís. ¿Lo podéis comprender? Orad por vuestros detractores y enemigos y veréis como recibiréis aún más la luz del Señor; no oréis por ellos y vuestra luz será frágil.

Pequeños, estas últimas lecciones que Os estamos dando del Cielo son porque ya no sois parvulitos, vosotros que habéis seguido este andar con Nosotros. Os Hemos llevado de una edad a otra y ahora es tiempo de que maduréis y es por eso, Mis Niños, que os pedimos que lo hagáis. ¿Os dejaréis madurar, Mis Niños, u os detendréis? porque pesa más en vuestra alma una enemistad con un hombre cualquiera que la amistad con Dios. Como siempre os lo decimos: la decisión es enteramente vuestra pero os debéis decidir y ser fieles a ello.

Tiempos terribles se os avecinan, Mis niños,  -si no es que muchos de vosotros ya los estáis viviendo- y es ahora cuando os debéis hincar, pedir perdón y Consagrar, no dejéis pasar el tiempo sin arrepentimiento que es dar paso al Maligno a que os coloque obstáculos para que no lleguéis a Mis Amantes Brazos.

Os hemos dado este alimento Espiritual y si no lo habéis tomado desde el principio comenzad por la papilla y así iréis madurando, porque si no habéis comenzado por respetar los Mandamientos (Nuestra Santísima Madre se Hinca) de la Ley de Dios Padre, ¿cómo pretendéis llegar a la del Amor Purísimo que es la de Mi Amadísimo Hijo?, ¿Lo podéis entender? Comenzad por el uno y seguid hasta estos nuevos Diálogos que ya os hablan de madurez espiritual. ¿Lo podéis ver, Mis Niños?, como El Cielo siempre os mueve y os lleva de manera progresiva con  ritmo perfecto.

Orad orad orad porque todo llega a su fin y este es El Principio del Bien Supremo. No dudéis no dudéis no dudéis que a cada momento Mi Amadísimo Hijo se aproxima más a su Segunda venida a la Tierra.

Dejaos mover por el Espíritu Santo: No opongáis resistencia a ello y veréis que fluis con el Cielo como vuelan los ángeles por los cielos. ¿Lo haréis como os lo solicito? ¿Haréis caso de vuestra Madre enamorada de la Humanidad? DecidMe que lo haréis, Mis Amados niñitos.

(HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO)

Criaturita

¿Mi Jesús?

Veo que estáis cansada, pero sabe que He de transmitir algo más al mundo esta madrugada: Si os llevamos a “toparos” con eventos o personas de vuestro pasado, no es por casualidad, sino porque así ha dispuesto por el Cielo para que perdonéis, bendigáis y pidáis perdón porque El Cielo os está a terminando de limpiar y como en las casas aún quedan rincones muy escondidos en lo profundo de los armarios pero hemos de llegar ahí porque lugar que quede infestado es uno donde la Santísima Trinidad no podrá habitar y es necesario que tengáis, que retengáis y transmitáis tanta luz celeste como os sea dable, como pequeñitas criaturas que sois.

Así, Mis Niños, Mis pequeños, que dejaos limpiar aún en lo más profundo de vuestras almas que se ha de hacer para que la morada de la Santísima Trinidad sea Total. ¿Lo podéis comprender? ¿Entendéis lo que habréis de hacer con las personas que fueron parte importantes de vuestro pasado, con las que -aun ya no estando en vuestra vida- albergan con rencor en vuestra alma quitando espacio a la Santísima Trinidad?

Debéis seguir por ser totales, Mis Niños, porque el tiempo que se os avecina no es uno para el alma tibia, titubante y cobarde. Habréis de ser firmes en vuestro paso y valientes en vuestros actos y palabras, sin dejar de ser prudentes. “Vestíos de toda la armadura de Dios…” (*)

Criaturita Te Bendigo y Bendigo a los tuyos.

(*) detractor, ra. (Del lat. detractor, -ōris).1. adj. Adversario, que se opone a una opinión descalificándola. U. t. c. s. 2. adj. Maldiciente, que desacredita o difama. U. t. c. s.

 (**)  La armadura de Dios

10 «…Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.

11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.

12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,

15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.

16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.

17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;

18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar…»

(Efesios, 6)

HDDH

(Julio, 26)

Año del Señor 2013

Y María del Getsemaní

 

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.