A MIS HIJOS LOS TIENEN ABANDONADOS E IGNORADOS

( HABLA DIOS PADRE )

PEQUEÑA, VEN; QUIERO HABLAR, PLATICAR CONTIGO. ES POR ESTO, PRECISAMENTE, QUE ME ENFADO. A MIS HIJOS LOS TIENEN ABANDONADOS E IGNORADOS.

NO ES NI UN ÁPICE, NI UN ÁPICE DISTINTO A CUANDO MI JESUCRISTO BAJÓ A LA TIERRA. ERA MI PARECER QUE EN DOS MIL AÑOS EL HOMBRE ALGO APRENDIERA, AUNQUE SEA EL Respeto de unos por otros, pero los mejores entre ustedes, con sus muy honrosas excepciones, no son ni un ápice mejores que Simón el cireneo, que Cefas (*), que aquellos que sólo por interés se acercaban a Mi Hijo y que una vez resuelto el asunto o problema por el cual a Él acudían, salían corriendo casi despavoridos.

Casi ninguno regresaba aunque fuera a AGRADECER. Nada más que su personal, individual, asunto fuera resuelto y hasta ahí se acordaban de Mi Hijo. Los rudos pescadores que Mi Hijo eligió como apóstoles lo amaron y siguieron…Los otros no lo amaban, no lo seguían, sólo se Le acercaban por conveniencia. Los mejores de los vuestros eso es lo que hacen.

Es por eso, Pequeña, que no me parece adecuado que sigas frecuentando a los lobos. Se los he dicho miles de veces y no lo creen: Es tiempo que la cizaña se separe ya del buen trigo; las ovejas de los cabritos; los Míos de los del Maligno.

Tu sigues creyendo, en tu deliciosa ingenuidad, que los lobos son ovejas disfrazadas, pero no lo son: los lobos son lobos, Pequeña. Son animales carroñeros y carnívoros con algo de buitres. No son para estar con Mis ovejas.

Ayer sufriste una caída, ibas rápido, pensando en cómo llevarme a su endurecido corazón y sólo recibiste burlas y una total carencia de misericordia.  A veces permito, por el Bien de las almas, que una de mis ovejitas más amadas se lastime su patita para dar oportunidad a que ellos se conmuevan, que la vean con afecto, con ternura, pero, como ves, eso ya no ocurre. Los tiempos de Mi Justicia se aproximan con rapidez. No es Mi Voluntad que nadie se pierda, ni una sola: pero no tienen ni un gramo de carne rosada en su corazón, que es ya de una negrura que espanta.

Ellos han optado por el mal: la indiferencia ante el dolor ajeno es tan mal como el mal activo y actuante. No creas que porque no roban o no matan son Buenos; distan mucho (veo un  camino larguísimo y sinuoso entre montañas). El camino que hay que recorrer para regresar a Mí, a El Padre, es largo y sinuoso. Tu lo hiciste, contra viento y marea, como dicen ustedes en las costas, contra viento y marea. La Obra Buena es el principio del camino de regreso a El Padre, pero ni eso quieren. Les doy a mi ovejita lastimada para ver si un poco se conmueven, y no hacen más que reírse y burlarse.

No, Pequeña, ya no hay piedad entre los hombres y Me Rehúso a que sigan devorando a Mis amadas criaturas. Tu, tristemente, ya te acostumbraste a que así es, ya casi no te extraña que te dejen que te lamas solita tus heridas, ya no te enoja, pero veo que lloras tu desierto. (Ponlo, Pequeña) y tu dolor me lastima profundamente a Mi Sacratísimo Corazón.

Se que no deseas estar aquí , pero no lo dices porque quieres acabar tu Misión “cualquiera que ésta sea” y Yo te agradezco. Me agradó que dijeras que deseas hacer lo que Mis Santos quisieran hacer si estuvieran en la tierra. Me puede mucho, me enternece que con lo pequeña que aún eres, tanto estés dispuesta a hacer y a dar. RECUERDA QUE DIOS NO SE EQUIVOCA, NUNCA SE EQUIVOCA, que si te He Elegido a ti, Pequeña Y María, para esta Misión es porque Mi Sacratísimo Corazón confía plenamente en tu decisión. No en tu lado humano tan frágil y falible. Nos apoyamos en tu lealtad y entrega casi total, -tu sabes a qué me refiero, lo que aun te falta pero no dudamos en que lo lograrás también-.

(silencio…) Corrige, Nenita

 (*) Pedro. No sabía quien es Cefas y lo busqué. Se refiere a Pedro.

(Marzo 1 2012)

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta