NO SOLTÉIS MI MANO EN ESTOS TIEMPOS FINALES

(HABLA NUESTRA SANTÍSIMA MADRE)

Criaturitas del Cielo:

El tiempo tan temido y por otros tan esperado ha llegado. No teman, los Nuestros. Repito, no Teman. Si os hemos preparado durante periodos y tiempos es para que seáis fuertes y firmes en estos tiempos finales.

Muchos no os creerán como no han creído a los Profetas de Antiguo.

El hombre ha decidido su destino porque no ha acatado las ordenanzas del Cielo, pero vosotros, Pequeño Resto Fiel, manteneos en unidad y en Resguardo nuevamente. Los sucesos se precipitan, -Niños Míos, Niños Amados- y en ocasiones hará silencio el Santo Cielo por los desafortunados que no han querido creer en los Evangelios, por buscar novedades.

Es tiempo de dolor y luto porque el Padre Eterno ha sido ofendido sin medida; porque han abandonado a Mi Amadísimo Hijo y lo han dejado Solo en los Sagrarios buscando a quien Entregar su Amabilísimo Corazón y vosotros, los que sois del Mundo, no habéis querido acatar las Súplicas de Mi Amadísimo Hijo.

Sufrirán las consecuencias de vuestro egoísmo, de vuestra fría indiferencia, de vuestro actuar; los que no habéis mudado, los que no habéis creído. Pero los Fieles son resguardados en Mi Inmaculado Corazón.

Manteneos firmes y fieles en estos tiempos. Veáis lo que veáis y oigáis lo que oigáis no os alarméis pensando que Dios os ha abandonado porque eso es un imposible, pero Dios (Nuestra Santísima Madre se Hinca) ha tenido que ser Fiel al libre albedrío con que os obsequió y vosotros habéis optado y decido. No podréis decir que no sabíais, sino más bien que no habéis querido, Niños Míos.

Siempre la Misericordia se abre para acoger a la Oveja que regresa. Regresad ahora, Mis Pequeños, Criaturas Nuestras. No seáis engendros del Maligno que os pagará con traición, dolor inacabable y mentira.

Regresad a La Casa del Padre que los acontecimientos ya se desbordan y vosotros no queréis ver, ni orar, ni sentir. No os hincáis en oración y vuestro destino eterno pende de un delgado hilo.

Regresad a Mí que Yo os presentaré ante Mi Amadísimo Hijo (Nuestra Santísima Madre se hinca) y a una sola voz suplicaremos Su Perdón. Recuerden que Mi Hijo coloca al Amor compasivo y comprensivo por encima de todo, que Su Misericordia es infinita, pero si no la queréis tendréis Su Perfecta Justicia.

Venid a Mi regazo vosotros que estáis infelices y cansados del mundo; venid a Mí y pedidMe que os lleve a Mi Hijo: donde encontrarán descanso y sosiego para vuestros desvelos y angustias y la tan anhelada paz.

No os dejéis destruir por el Mal por no querer doblar rodilla y orar a Mi Hijo.

Vuestra Madre María Santísima

No dejéis tan solos a Mis Profetas que llevan pesada carga, no los dejéis solos, Mis Niños.

(HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO)

Querida Niña, escucha:

No soltéis Mi Mano en estos Tiempos Finales. No os alejéis de Mí que será harto difícil regresar. Manteneos en Mi Amante Corazón y no salgáis de ahí. No os arriesguéis a andar sin Mi Santa Mano por el Mundo porque fácilmente os perderéis. Manteneos dentro de Mi Amor y no andéis por el mundo vagando, que ya no es tiempo de ello. El mundo cambiará de rostro y será un depredador y no será ya el mismo nunca más. Pasará por la Tribulación y esta no cesará hasta que todo lo que os He anunciado tenga su cumplimiento.

Al final -Mis Criaturas- Yo Vendré con Gran Poder y Gran Gloria por los Míos, a recoger Mi Cosecha. Amarga será por aquellos que se habrán perdido y dulce por los que habéis sido rescatados; pero manteneos como en tiempos de guerra espiritual álgida (*) y en el momento más terrible, pero veáis lo que sea no dudéis nunca de la protección y del Amor del Cielo que todo ha sido creado por amor a vosotros. No lo dudéis.

Hay angustia en los corazones, como los animalitos cuando se avecina la tormenta o el incendio. Tenéis que sentir lo que se os avecina, pero no perdáis la paz, no dejéis que os arrebatan vuestra Fe y la Esperanza de que todo ha sido anunciando desde el Principio y se aproxima el final.

No os juzguéis unos a otros ni os critiquéis, que Yo Vengo ya por los Míos y vosotros no debéis más que orar e interceder.

No son tiempos ya de estar en los asuntos del mundo, sino en los de Dios.

Mudad ya y Venid a Mí.

Manteneos en resguardo y oración y no perdáis la Verdad, -oigáis lo que oigáis- que se os ha revelado.

(*) álgido, da. (Del lat. algĭdus).adj. Se dice del momento o período crítico o culminante de algunos procesos orgánicos, físicos, políticos, sociales, etc.

HDDH

(1 de Julio)

Año del Señor 2013

Y María del Getsemaní

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.