EL ÉXITO Y EL FRACASO

(HABLA DIOS PADRE)

Mis Pequeños, que confundidos estáis en este tema: El éxito y el fracaso. 

De aquellos que os burláis porque los consideráis «fracasados», son, en realidad -Mis Pequeños- aquellos que son exitosos ante Mi Santos Ojos Preciosos, pero aquellos  -y este es un error aún mas grave- a quienes consideráis exitosos porque tienen dinero y poder y belleza física, gran vanidad y prestigio entre los hombres, son los más pequeños, los mas insignificantes los que a todas luces -Mis Pequeños- no son exitosos Ante Mi  Santa Mirada.

No podéis ver nada, sois ciegos. A aquellos que atesoran y acumulan lo material, como hormigas o topos ciegos los admiráis, os sentís nada a su lado. Vosotros os comparáis con los hijos del Maligno a quien todo lo del mundo les da a su favor y no mas que para provocaros a envidia y hacer a Mis Hijitos sentirse mal y poquita cosa.

No os dejéis confundir que la riqueza Verdadera estriba en los tesoros que acumuléis para el Reino de Los Cielos donde ni los ladrones ni el fuego ni la polilla mermarán vuestra riqueza.

Es así, Mis Pequeños, el buen trabajador, esto es, para el Cielo, no está demandando su pago a cada momento: confía en la Justicia de El Padre y se contenta con hacer el trabajo que se les ha asignado y SABE en lo mas profundo de su corazón que no tienen nada que temer porque su hacienda, su herencia está asegurada.

Quienes trabajan por la recompensa, por la vanidad, por el reconocimiento, por el pago; son como los usureros, como el banquero que sólo esta viendo cuánto tiene, sin importar cómo llegó a acumular su»buena» fortuna, cree él.

No, Mis Pequeños, ustedes estáis muy confundidos porque Yo, Dios Padre Todopoderoso, sé a quien amáis en el fondo de vuestra alma, a quien adoráis, a quien pretendéis imitar; y aquellos que se ocupan de acumular las riquezas en el mundo no están trabajando para el buen pago: aquel que se da al final del Camino, en la vida eterna.

De todo, lo que más os cuesta aceptar es la humildad y la sencillez en el Camino del Señor. No es un Camino de opulencia, de reconocimiento, de boato y grandes banquetes. Es uno en el que se os exige que si tenéis dos capas, donéis una; en que se os pide que compartáis vuestro trozo de pan con el que está hambriento. Este es El Camino de Mi Amadísimo Hijo Jesucristo, pero tenéis más de dos capas, acumuláis más de dos sandalias y os excusáis cuando veis al descalzo y no le dais de vuestro calzado. ¿De que os sirve más de un par si no tenéis mas que un par de pies? ¿Creéis que por acumular os crecerán más piernas para usarlo todo? No, Mis Pequeños, estáis muy confundidos al respecto y no queréis mudar.

¿Que no veis el ejemplo que os He donado para que lo sigáis, Me refiero a Mi Santo Papa Francisco, que acaso él hace excepción con la riqueza? Os lo he dicho: seguid su ejemplo y no hagáis más ídolos. Dejad de seguir espejismos que se desvanecen al instante (veo nuevamente un castillo que se refleja en un río mientras  un hombre  lo contempla. Entra una varita  a agitar suavemente  el agua y se distorsiona la imagen y el hombre queda confundido porque dedicó su vida a cuidar ese espejismo. Se aleja con las manos vacías).

¿No Soy Yo, acaso, Mis Niños tercos y testarudos, El Dueño de todo cuanto existe, no creéis que si dais en el instante ese pan al hambriento que Yo llenaré vuestras arcas a cada momento que tengáis hambre, que saciaré vuestro apetito?

No veis a las aves del Cielo guardar el grano, ni al animal pescar más peces que los que necesita para su alimento y ellos confían en que el Señor del Cielo y de La Tierra les dará su respectivo alimento a cada Día.

Dejad a cada día lo propio y no andéis acumulando y atesorando porque eso no es más que miedo, que no es otra cosa que falta de fe en Mi Provisión Paterna, ¿que a caso no confiáis en vuestro padre? ¿Creéis que Vuestro Padre es pobre o que se olvida de alimentar a sus hijos? ¿Cuántos de ustedes teniendo un pequeñito en caso olvida por días  darle de comer? Si ustedes que sois malos no le dais una piedra a vuestro vástago, al clamar por pan, cuanto menos Yo que Soy vuestro Padre Santo desde la eternidad.

Confiaos en Mí, Mis Niños, vuestro sustento esta asegurado, vuestro resguardo seguro si confiáis; pero si os arrebatáis el alimento, si lo acaparáis, si no compartís entonces no estáis confiando y eso afrenta a Mi Sacratísimo Corazón ¿Lo podéis entender?

Confiados en Mí, os quiero, Mis Pequeños, haced las obras del Cielo para que os vayáis acostumbrando a vivir como se vive en Los Cielos, en el AMOR y dejad de preocuparos por qué habréis de comer mañana, por qué habréis de vestir mañana; desembarazaos de esos quehaceres para que podáis trabajar grandemente para Los Cielos. Preguntaos Pequeños: ¿Podéis acumular vuestra paz, o la necesitáis a cada instante? Trabajad para que vuestra alma este en paz, y dejad para los hijos del Maligno el miedo, la falta de fe y el acumular, que no tienen quien provea por ellos porque Me han rechazado, no seáis como los hijos del Maligno, sino como lo que sois: Mis Pequeños, Mis Niños, Hijos del Altísimo. ¿Acaso el príncipe de un reino en vez de gobernar suda por su alimento?

No andéis en pos de espejismo que vais a acabar tristes y con las manos vacías. DejadMe llevaros al éxito en vuestras vidas, a cumplir vuestra parte, a que Me Sienta orgulloso de Mis hijitos. Dadme la alegría de veros confiados en Su Santo Padre ¿Lo entendéis, Mis Niños?

Que no hay más éxito que la salvación del alma y no hay mas fracaso absoluto que la condenación. Veis a las figuras que seguís, que admiráis, que imitáis, ¿las he puesto Yo, son Mis Hijos en humildad, en entrega, en silencio, en oración, o son los falsos ídolos que el maligno os coloca al frente para que los imitéis, creaturas henchidas en pecado, en vanidad, en ansia de figurar y de ser adorados como dioses? ¿Sabéis quienes son los que ansían adoración? Los hijos del Maligno. Meditad en ello y dad al cesar lo que le es propio, y a Mí lo que Me corresponde que es vuestra adoración.

HDDH

(Abril 21)

Año del Señor 2013

Y María del Getsemaí

 

 

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