MI SANTA Y DIVINA MISERICORDIA I (REEDICIÓN)


(HABLA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO)

Pequeñita: Quiero dictarte algunas breves reflexiones sobre Mi Santa y Divina Misericordia.

Cuando en La Cruz Me Colocaron los falsos jueces, Mi Pensamiento más apremiante eran Mis Amigos: los hijos que iba a recoger Mi Amadísima Madre y los llevaría a su Santo Seno.

No era ni el dolor físico, ni la humillación a la que cruelmente, con inefable crueldad, Me quisieron someter -a tu Divino Pastor, Señor y Amigo, el Más Grande Hermano- ; sino que Prevaleció El Amor por Ustedes, criaturas predilectas de entre todas las creadas por El Padre Amado. ¿Entienden ese Amor, Pequeña? Lo pueden siquiera atesorar como lo que Es?

Es tan poco lo que pido a cambio: Yo, Dios Mismo, tener que  Rogar a Mis criaturas por Su Propia Salvación. ¿Acaso es tan difícil, (que lo hacen parecer imposible) hincarse frente a un siervo Mío y decirle, con contrición, arrepentimiento, verdad y ánimo firme de no volver a pecar, sus inmundicias? ¿Es ese instante dentro de sus atareadas -con el mundo- vidas demasiado para ustedes?

No les haré cuentas de sus ofensas y pecados, si acceden a ir con Mis Sacerdotes Santos y decir sus pecados. ¿Qué no ven que ya no hay tiempo? (Jesús nos lo dice con profundísima tristeza), ¿que no ven al cielo que se anuda en nubes grises y cargadas de tormenta? ¡Qué no ven que todo lo que hacen ahora es inútil para su Salvación! Esto, tan pequeño para algo tan infinitamente grande Vengo a pedirles, a rogarles, porque -¡YA OS LO HE DICHO!- ni aunque todos los Santos del Cielo Me Pidan por alguien que no ha aceptado Mis Mandatos y merezca justicia: No es posible ser juez injusto porque -os lo he dicho- qué será de Mis Pequeños que sí acatan Mis Mandamientos, que están en activo con las Santas Obras de Misericordia.

El tiempo para una Conversión Perfecta y Transformante ha pasado, pero aún hay tiempo para Su Salvación. No la desperdicien en bagatelas del mundo.

Este testimonio es para que ustedes que no han tenido esa Conversión puedan vivirla a través de esta pequeñita y CREER, si con ello se logra que acudan a la Santa Confesión será valido en el Cielo para  Su Salvación. No es poca la donación de esta Pequeñita -Mi tan angustiada Y María de Mi Getsemaní-, quien se ha ofrecido para que ustedes se Salven también. Vean la vida que tuvo y donde está ahora, y pregúntense si la He Perdonado a ella, ¿no haré lo mismo por vosotros? Sus pecados son olvidados porque los ha Confesado y sobretodo es Evangelio Vivo y eso es lo que quiero de ustedes. Confesión con arrepentimiento y sanación de sus almitas. Cambien de vida ahora, sino no  podré acogerlos en Mi Sacratísimo Corazón. Necesitan creer y arrodillarse, arrepentirse y cambiar de vida. Muchos de ustedes -que leen ahora- no sobrevivirán ni un año terrenal y su salvación ETERNA pende de un hilo: el precipicio está bajo sus pies descalzos -ya lo saben-.

Yo, Jesucristo, Rey de reyes y Señor de señores, no voy a poder obrar con injusticia de la misma manera que no podría obrar con maldad. La injusticia es un imposible para Dios; así que si están FUERA de la Santa Salvación os estoy dando El Camino para lograrla. No hay otro (camino), no lo hay, Mis Amados, que no os confundan: no lo hay… Gracias, Pequeña.

HDDH

(Recibido en el año del Señor 2012 y publicado en este sitio en enero del 2013; reeditado hoy, víspera de la Fiesta de Jesús Divina Misericordia).

Año del Señor 2013

Y María del Getsemaní

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